domingo, 9 de octubre de 2016

Capíulo 4



El debate es el tema de la programación de todas las cadenas.
Tu madre ha escogido la TVM, el canal de televisión especializado en el mundo de los magos, dirigido por y para los magos, por considerarlo, en su opinión, el canal más imparcial.
Tú, por tu parte, ves en tu tableta la TVA2, un canal de la televisión pública Atznecana adaptado para gente con dificultades auditivas o/y visuales (es curioso que la TVM no tenga un canal así). Para no interferir, llevas puestos unos cascos para escuchar, no solo el debate, sino también las explicaciones extra que va dando una especie de voz en off. Para facilitar seguir el debate, has puesto subtítulos en braille y, los lees pasando tu mano sobre la pantalla con gran concentración (Existe la opción de dar relieve a las imágenes y así poder verlo a través del acto, pero tampoco hay mucho movimiento y, por tanto, la voz en off y los subtítulos en braille no interfieren en tu concentración sobre lo que los candidatos van diciendo en cada intervención). 
En el debate participan los líderes de los tres grandes partidos del país: Dalsu Konep, del partido Democracia y Justicia (partido que había estado en el gobierno de la república durante los últimos años, bajo el mandato de Lica Ezlie, quien no se presentó a la reelección debido a la crisis económica que sufre el país y, su baja popularidad a consecuencia de las medidas tomadas para intentar solventarla); Rigel Anka, del PPA (Partido Progresista Atznecano) y, principal rival de tu tío, está situado justo entre los otros dos candidatos; por último, está el hermano de tu padrastro, Chryso Nair, representando al TL (Tridente Liberal) y, el gran favorito en las encuestas.
—Buenas tardes –saluda educadamente la coordinadora del debate—. Bien venido al debate electoral  entre los candidatos de los tres principales partidos para las octavas elecciones presidenciales de Atzneca.  Soy Quama y, esta tarde seré la coordinadora de este debate televisivo. Demos la bien venida a los participantes en este debate: El candidato del partido “Democracia y Justicia”, Dalsu Konep, buenas tardes.
—Buenas tardes –responde el aludido.
— Rigel Anka, del “Partido Progresista Atznecano”, buenas tardes.
—Buenas tardes.
—Y, por supuesto, buenas tardes también a Chryso Nair, del partido “Tridente Liberal”.
—Buenas tardes.
—Este debate ha sido organizado por TVA en colaboración con TVM,… —va soltando un alista con los diferentes grupos de las cadenas privadas del país. Y, tras una breve pausa para respirar, añade—. Voy a contar brevemente como se estructura este debate. Hay varias partes temáticas –las enumera—. Habrá una pregunta inicial a cada candidato y, también una intervención final de un minuto, n ese caso ya sin preguntas. Los turnos de palabra se han establecido según los resultados de las elecciones pasadas. A parte, se ha establecido un tiempo máximo de intervención para los candidatos de tres minutos.
Otra breve pausa.
—La primera pregunta –comienza la presentadora— es para….
Atenta escuchas las preguntas de la moderadora y, las respuestas de los candidatos.
¿Realmente un debate puede modificar la  opinión pública?
Sigues escuchando atentamente. Chryso no parece estar haciéndolo mal, pero no te cae mejor por eso.
—¿Qué propone para aplacar la crisis económica que atraviesa el país? –Pregunta la moderadora— ¿Dalsu Konep?
—Esa es una pregunta muy amplia —comienza hablando el aludido.
—Si necesitas especificaciones, no creo que sirvas para esto –le interrumpe Chryso—. Yo sí tengo una idea clara de que es lo que haría.
—Exponlo entonces –le anima su oponente.
—Durante siglos este país ha salido adelante sin la ayuda de los magos. Pero hará unos 200 años, pasaron a formar una parte reconocida de nuestra sociedad. Este país sufrió un importante avance en tecnología y bienestar. Es por todos sabido que este hecho, también ha significado la reducción de las plantillas de muchas empresas, debido a que ahora una maquina puede hacer lo que antes necesitaba de varias personas. Por eso, llevo en mi programa, la creación de cursos de reconversión de las habilidades de las personas para fomentar su adaptación a las nuevas necesidades de nuestra sociedad.
—La adaptación a las nuevas necesidades, parece una buena solución. Pero, ¿no ha habido suficientes años para que se produzca? –pregunta
—Sí, es cierto que ha habido tiempo. Pero según parece no el suficiente.
—¿Y de dónde piensas sacar el dinero para un proyecto semejante?
Otra acalorada discusión que en realidad no llega a nada en concreto.
Cuando por fin el debate llega a su fin, más parecen tres largas horas perdidas que un provechoso contacto con las propuestas de los candidatos.
A continuación ofrecen diversos programas de análisis, en mi opinión, aburridos, para determinar quién gano el “debate”. Creo que me estoy quedando dormida sobre la parte alta del respaldo del sofá. Tú te quedas escuchando un rato, pero también pareces aburrirte, pues no tardas en levantarte y marcharte a tu habitación. Te sigo revoloteando a tu lado.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Emera

Emera es una pequeña hada de poco más de un par de palmos de alura, pelo castaño y ojos azules, que acompaña a Aloa como su lazarillo y amiga. Ella le ayuda a que su vida sea lo más facil posible. Es, por asi decirlo, los ojos de Aloa. 



miércoles, 7 de septiembre de 2016

Algunos logos de lugares y marcas mencionadas en estos capçitulos

 Empresa de cercanias y trenes de  Atzneca "ESUV"

Universidad de magia de Melop (UMM)

Marca de perfumes  y cosméticos de la que Aloa compra el perfume para su madre.

Logo de la discoteca "Vido, vini, vinci" o, como tambien se la conoce, "Triple V"




 

 
 

miércoles, 31 de agosto de 2016

Capçitulo 3

Nos encontramos en casa de Kita. 

Es sábado por la noche y os estáis preparando para salir.

Nos encontramos en casa de Kita. 

Es sábado por la noche y os estáis preparando para salir.

-¿Vino tu tío a comer? -te pregunta ella mientras revuelve el armario en busca de un conjunto de su agrado.

-Sí. Al final apareció -respondes mientras mueves los pies en el aire sentada en la cama de tu amiga- . Y por favor, no es realmente mi tío, no le llames así.

-Pero es el hermano del marido de tu madre.

-Exacto. El germano de mi padrastro. Eso no le convierte en mi tío. 

-Bueno, no te enfades. Es más sencillo decir simplemente que es tu tío. -Se defiende ella mientras examina un vestido corto de verano.

-Supongo. -cedes aburrida.

-¿Y le gustó tu regalo? -pregunta ella mientras se prueba el vestido.

-Sí. Al final le regalé su colonia favorita. Y Unuk le regaló dos entradas de teatro para esta noche. Así que seguramente estén tomando asiento en estos momentos.

-Se hace tan raro oírte llamarle por su nombre.... -comenta ella reflexiva rebuscando unos zapatos adecuados.

-No es raro. Es su nombre. Que esté casado con mi madre y me caiga bien no le convierte en mi padre.

-Lo sé -comenta ella mirando se al espejo para observar el resultado de su elección -. Creo que me sigue pareciendo curioso que no le llames así después de tantos años.

El chirrido de la puerta al abrirse intermediario vuestra conversación.

-¿Ya estáis listas? -pregunta Alec desde la entrada del dormitorio.

-Sí. Danos solo un minuto, hermanito -responde Kita mientras guarda el maquillaje en un cajón.

***

Una hora más tarde nos encontramos en la fila de entrada a una de las discotecas de moda. Ante nosotros un cartel en relucientes letras palancas anuncia el nombre del local: "Vini Vidi Vinci"; o como también se le conoce "Triple V". 

Nos encontramos junto A un centro comercial urbano. La calle está repleta de bares y restaurantes, muchos de ellos cerrados, pues es ya tarde. 

Entramos en el local. Por fuera parece más pequeño de lo que realmente es. 

Tras dejar atrás una pequeña recepción, nos adentramos en una gran sala de paredes oscuras y luces fosforescentes en el techo. Al fondo se puede distinguir una zona de sofás y mesitas, tras la cual está situada la barra. Una puerta a la izquierda lleva a o una sala de conciertos y, otra A la derecha, a los aseos. 

Nos dirigimos una de las mesas atravesando, casi a empujones, la abarrotada pista de baile. Tú te vas abriendo hueco apartando a la gente con y tu muleta, no has traído a Rubí, en un sitio así podrían aplastarla. Tus amigos nos siguen hasta los primeros sofás que encontramos libres. ¿Para qué seguir buscando? 

La superficie de la mesa es blanca y lisa, pero al rozarla con los dedos se despliega una ordenada camera de bebidas y aperitivos. Tras seleccionar vuestras bebidas, un camarero aparece casi al instante con vuestro pedido.

— ¿No es ese el chico del parque? —Comenta Kita de repente.

— ¿Dónde está? —preguntas tú en un susurro.

—Pues ahora mismo está viniendo hacia aquí. 

En efecto, un muchacho se dirige hacia nosotros caminando torpemente entre las mesas. 

Kita, a veces algo impulsiva, le llama cuando le ve pasar a nuestro lado. 

Él se acerca hasta la mesa con cara de "¿Os conozco de algo?", aunque tú no puedes verlo.

Kita le sonríe al tiempo que te da un codazo. Tú levantas la cabeza fingiendo mirarle y también sonríes.

—Siento el encontronazo de ayer –comentas tímidamente sin saber bien que decir.

—No le des más importancia, ya te dije que te perdonaba. 

Él sonríe tal vez sin darse cuenta que no puedes verlo.

Otro chico se acerca a nosotras. 

—Exan, ¿Vienes? –le pregunta al chico del parque—, te estamos esperando. 

—Me tengo que ir, un placer conoceros –se despide apresuradamente. 

— ¿No les invitas a venir con nosotros? –pregunta su amigo. 

Él parece muy incómodo de repente.

—No hace falta –interviene Kita para salir en su rescate. 

—Insisto –el joven sonríe casi echándose sobre la mesa. 

—Hemos dicho que no –intervienes. 

El muchacho se gira hacia ti a tiempo de ver como tú baso se eleva sobre la mesa y vuelca su contenido en su cara. 

El desconocido se separa de la mesa soltando improperios y secándose la cara con el dorso de la mano. 

—Cuando quieras venir, ya sabes dónde estaos –se despide el desconocido alejándose de nosotros. 

—Lo siento –se disculpa el tal Exan—. Te invito a algo si quieres. 

—Gracias, aunque no hace fala –aceptas sin mucha ilusión. 

Pides otro baso de lo mismo que el anterior, pero a la hora de pagar la consumición, él insiste en pagar también lo que ya habíais pedido. 

—Solo le tiré un vaso de refresco a tu amigo —, le recuerdas—, no es necesario que pagues toda la ronda por eso. 

Pero él, insistente, pulsa la tecla de "Pagar" del tablero y, automáticamente, la cantidad que aparecía encima del cartelito se puso a cero.

-Gracias. Pero realmente no hacía falta -le agradeces con tu mejor sonrisa.